domingo, 28 de febrero de 2010

Dos caras de la misma historia...

En España, el década de 1950 significó veces inquietante para la agricultura. Los efectos de minifundio, una resuelta de la fragmentación repetida de las tenencias de la tierra, y el latifundismo, que muchas veces llevó a la mala gestión de la tierra, se hacía visible. El cambio fue gradual, pero los efectos fueron considerados por muchos. Como resultado del aumento de los precios en los años 50, de medio millón de los trabajadores agrícolas salieron de la granja por la ciudad o fueron al extranjero para buscar una vida mejor.

Sin embargo, la granja no era un lugar de la lucha para todos. Matilde Bosch Montes, una residente de toda la vida de Sevilla, recuerda sus recuerdos de la finca de su familia con felicidad, no desdén. Para ella, la finca representaba un lugar para conectar con la naturaleza y para divertirse.

Cada año, durante cuatro años, Matilde y su familia salían su casa en Sevilla para la finca de la familia en la provincia de Huelva para pasar el verano. Ella pasaba su infancia corriendo a través de los campos y por el rio que corría por su propiedad con sus hermanas y hermanos. Ellos montaban los caballos, capturaban las tortugas y ranas en las orillas del río y, uno ano, ella superó su miedo a las vacas.

Un recuerdo específico de ella es de las noches del verano. En el jardín de un cortijo que pasaba por alto a su finca, ella iba a admirar el cielo de la noche. Su padre le decía las historias del cielo y las estrellas y a veces le dijo, “mañana, cambia la luna” y la resuelta de tal acción en la finca.

Aunque había los problemas en los campos de España en los años 50, había gran alegría también.

domingo, 21 de febrero de 2010

"No pasa nada"

Tres palabras que parecen representar una cultura entera. Así, la cultura de Sevilla, por lo menos. Literalmente significa que una cosa nunca ocurrió, la frase es una demonstración de la tendencia de perdonar y olvidar. Cada vez yo digo "lo siento" la respuesta es lo mismo, "no pasa nada."

La forma de vida aquí es tan despreocupada. El tiempo no es una preocupación. Aquí son varios ejemplos: un descanso de tres horas para el almuerzo y la siesta en la media del día, el hecho de las clases empiece quince minutos tarde y los viajes que salen una media hora después de la hora designada. El foco es en el presente, no es en el pasado y no es en el futuro, es en el presente. "¿Voy a estar tarde? No pasa nada."

Me encanta esta ideología, pero al mismo tiempo es un poco molesto en ocasiones. Cuando estoy caminando y tengo prisa, parece como cada persona en las calles está caminando tan lento. Estoy ilusionada que la gente parece estar disfrutando de la vida pero lento es lento. Tengo que aprender la paciencia pero ahora es un poco difícil. Creo que necesito tiempo para ajustar.